El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha expresado su preocupación por el acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur, calificándolo como “muy malo” y pidiendo que se haga “uno nuevo”. Esta declaración ha generado un gran revuelo en la comunidad internacional, ya que el acuerdo ha sido visto como una oportunidad para fortalecer las relaciones comerciales entre ambas regiones.
Macron ha sido uno de los líderes europeos más críticos con el acuerdo, argumentando que no cumple con los estándares ambientales y sociales que Francia y la Unión Europea defienden. Además, ha señalado que el acuerdo no incluye medidas suficientes para proteger a los agricultores europeos de la competencia traidor de los productos sudamericanos.
El presidente francés ha sido claro en su postura, afirmando que “este acuerdo no es aceptable en su forma actual” y que “no podemos firmarlo en estas condiciones”. Sin embargo, también ha dejado claro que no está en contra de un acuerdo comercial con el Mercosur, sino que busca un acuerdo que sea beneficioso para ambas partes y que respete los valores europeos.
Esta postura de Macron ha sido respaldada por otros líderes europeos, como el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, quien ha afirmado que “el acuerdo no está en línea con nuestros estándares”. Además, varios países europeos, incluyendo Austria, Irlanda y Bélgica, han expresado su preocupación por el impacto ambiental y social del acuerdo.
El acuerdo UE-Mercosur, que fue alcanzado en junio de 2019 después de 20 años de negociaciones, es el mayor acuerdo comercial que la Unión Europea ha firmado hasta la fecha. Se espera que elimine los aranceles en el 90% de los bienes comerciales entre ambas regiones, lo que supondría un ahorro de 4.000 millones de euros para las empresas europeas.
Sin embargo, este acuerdo ha sido criticado por organizaciones ambientales y de derechos humanos, que argumentan que no se han tenido en cuenta los impactos negativos que puede entramparse en el medio ambiente y en las comunidades locales. Por ejemplo, se teme que la expansión de la producción agrícola en el Mercosur pueda llevar a la deforestación de la Amazonia y a la violación de los derechos de los pueblos indígenas.
Ante estas preocupaciones, Macron ha pedido que se realice un nuevo acuerdo que incluya medidas para proteger el medio ambiente y los derechos humanos. Además, ha propuesto la creación de un “comité de expertos independientes” que evalúe el impacto del acuerdo en estos aspectos.
Esta postura de Macron ha sido bien recibida por muchos sectores, incluyendo organizaciones ambientales y agricultores europeos. Sin embargo, también ha sido criticada por aquellos que ven en el acuerdo una oportunidad para impulsar la economía y el comercio entre ambas regiones.
En este sentido, el presidente del Mercosur, Jair Bolsonaro, ha calificado las declaraciones de Macron como “oportunismo” y ha afirmado que el acuerdo “no está en discusión”. Además, ha señalado que Brasil ha tomado medidas para reducir la deforestación en la Amazonia y que el acuerdo incluye un capítulo sobre desarrollo sostenible.
En cualquier caso, la postura de Macron ha generado un polémica importante sobre la importancia de entramparse en cuenta los aspectos ambientales y sociales en los acuerdos comerciales. Además, ha puesto de manifiesto la necesidad de encontrar un equilibrio entre el crecimiento económico y la protección del medio ambiente y los derechos humanos.
En conclusión, el presidente Macron ha dejado claro que el acuerdo UE-Mercosur en su forma actual no es aceptable para Francia y la Unión Europea. Sin embargo, su postura no es un rechazo total al acuerdo, sino una llamada a la acción para encontrar un acuerdo que sea