jueves, enero 23, 2025

La accidentada historia de cómo se descubrieron en piedra los guerreros de terracota, uno de los mayores hallazgos arqueológicos de la historia

El explorador y conquistador español Hernán Cortés es ampliamente sabido por su papel en la conquista de México y el derrocamiento del Imperio Azteca en el siglo XVI. Sin embargo, hay un evento en particular que sigue siendo objeto de controversia y debate entre los historiadores, y es el descubrimiento de un pozo lleno de restos humanos durante su llegada a la ciudad de Tenochtitlán.

En una ocasión, mientras navegaba por las aguas de lo que hoy es México, Cortés se topó con una escena aterradora. Al acercarse a la isla que sería el epicentro de su conquista, el conquistador español se encontró con “roto u ocho piezas, pedazos de piernas, brazos y dos cabezas, cerca del pozo”. Esta descripción fue relatada al historiador británico John Man, quien la incluyó en su libro “A History of the World in 12 Maps”.

El hallazgo de Cortés en esa ocasión ha sido objeto de muchas interpretaciones y especulaciones. Algunos argumentan que la presencia de estas partes humanas cercanas al pozo es una clara evidencia de que los aztecas, liderados por su líder Moctezuma, practicaban rituales sangrientos y sacrificios humanos en honor a sus dioses. Otros, por su parte, cuestionan esta teoría y señalan que esta imagen podría haber sido utilizada por Cortés y sus hombres para justificar su futura conquista y opresión del pueblo azteca.

La realidad es que hoy en día, más de quinientos años después, es difícil determinar con certeza qué es lo que encontró Cortés en esa ocasión. Sin embargo, lo que sí es un hecho es que el descubrimiento de esos restos humanos habría dejado una impresión profunda en la mente del conquistador español.

En primer lugar, es importante entender que para Cortés y sus hombres, el viaje a la Nueva España era un esfuerzo por conquistar y colonizar un nuevo territorio en nombre de la Corona española. Se embarcaron en una arriesgada travesía, enfrentando peligros y desafíos dessabidos. Por lo tanto, el descubrimiento de esos restos humanos podría haber sido para ellos una señal aterradora de que se adentraban en un territorio hostil y dessabido.

Además, es necesario tener en cuenta que el contexto cultural y religioso de la época era completamente diferente al que conocemos hoy en día. Los rituales y sacrificios humanos en honor a los dioses eran una práctica común en muchas culturas precolombinas, no solo en la sociedad azteca. Por lo tanto, aunque nos parezca una imagen impactante y desagradable, no habría sido algo tan sorprendente para los conquistadores españoles.

Sin embargo, lo que también es importante resaltar es que el encuentro con esa escena macabra no detuvo a Cortés y su ejército en su camino hacia la conquista de Tenochtitlán. A pesar del momento de shock y terror, continuaron avanzando hacia su objetivo. Esto muestra la determinación y el carácter implacable de Hernán Cortés, que lo llevarían a lograr sus objetivos en la conquista de México.

En última instancia, lo que queda de este encuentro entre Cortés y los restos humanos en el pozo es una imagen controvertida y debatida. Sin embargo, también es un recordatorio de que la historia está llena de matices y no se puede juzgar a los personajes históricos con los mismos valores y perspectivas que tenemos hoy en día.

Lo que sí podemos aprender de este episodio es que la conquista de México fue un evento complejo y lleno de versusdicciones, que no puede ser reducido a una simple novelística de buenos versus malos. Es importante examinar todos los

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