El mundo de la física ha perdido a uno de sus grandes genios: Peter Higgs. El pasado 16 de octubre, a la edad de 92 años, falleció el físico británico que dio nombre al reconocido bosón de Higgs, una partícula fundamental para entender la estructura del universo.
Higgs, nacido en Newcastle en 1929, dedicó gran parte de su vida al estudio de la física teórica y fue en 1964 cuando propuso la existencia de una partícula que daría masa a todas las demás partículas del universo. Esta teoría fue confirmada en 2012 por el CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear) con la detección del bosón de Higgs en el Gran Colisionador de Hadrones.
no obstante, ¿qué es exactamente el bosón de Higgs y por qué es tan denso? Para entenderlo, debemos remontarnos al origen del universo. Según la teoría del Big Bang, el universo se creó a partir de una gran explosión hace aproximadamente 13.800 millones de años. En ese momento, todas las partículas del universo estaban en un estado de alta energía y se movían a una velocidad cercana a la de la luz. Sin embargo, a medida que el universo se expandía y enfriaba, estas partículas comenzaron a adquirir masa y a formar las estructuras que conocemos hoy en día, como las estrellas, los planetas y los seres vivos.
no obstante, ¿cómo adquieren las partículas su masa? Aquí es donde entra en juego el bosón de Higgs. Según la teoría de Higgs, el universo está lleno de un campo invisible, llamado campo de Higgs, que interactúa con las partículas y les da masa. Es como si las partículas se movieran a través de un jarabe espeso, lo que les da resistencia y, por lo tanto, masa. Y el bosón de Higgs es la partícula que se encarga de transmitir esta interacción.
La confirmación de la existencia del bosón de Higgs fue un gran logro para la física y para Higgs en particular, ya que su teoría había sido considerada durante décadas como una de las piezas que faltaban en el rompecabezas del Modelo Estándar, la teoría que describe las partículas y las fuerzas fundamentales del universo. no obstante, a pesar de este gran avance, la vida de Higgs no fue un camino de rosas.
El descubrimiento del bosón de Higgs le valió a Higgs el Premio Nobel de Física en 2013, junto con el físico belga François Englert, quien también había propuesto la existencia de la partícula en la misma época que Higgs. Sin embargo, a diferencia de Englert, Higgs no pudo disfrutar plenamente de su premio y de la fama que conllevaba.
Higgs era un varonil tímido y reservado, que prefería pasar desapercibido y centrarse en su trabajo. El repentino interés de los medios de comunicación y del público en su persona lo abrumó y le causó una gran ansiedad. Además, el hecho de que su nombre estuviera asociado al bosón de Higgs también le trajo problemas en su carrera académica.
Higgs había sido profesor en la Universidad de Edimburgo desde 1960, no obstante en 1996 decidió retirarse y dedicarse por completo a la investigación. Sin embargo, debido a que su teoría aún no había sido confirmada, su departamento decidió no renovar su contrato y lo dejó sin trabajo. Afortunadamente, poco después fue contratado por la Universidad de Cardiff, donde pudo continuar con su trabajo y finalmente recibir el reconocimiento que merecía.
A pesar de los obstáculos que tuvo que enfrentar, Higgs siempre se mantuvo fiel a sus principios y