La Música es una de las formas más poderosas de expresión y comunicación que existe en el mundo. Desde tiempos inmemoriales, ha acompañado a la humanidad en sus momentos más importantes y ha sido una fuente de alegría y consuelo en los momentos difíciles. Es por eso que hoy quiero compartir con ustedes algunas de mis experiencias más positivas relacionadas con la Música, y cómo ha sido una parte fundamental en mi vida.
Desde muy pequeño, la Música ha estado presente en mi hogar. Mi padre era un gran amante de la Música clásica y siempre tenía algún disco sonando en el tocadiscos. Recuerdo con cariño cómo me sentaba a su lado a escuchar las melodías de Beethoven o Mozart, y cómo me explicaba cada instrumento y cada movimiento de la pieza. Esa fue mi primera experiencia con la Música y aún hoy, cada vez que escucho una sinfonía, me transporto a aquellos momentos de paz y conexión con mi padre.
Con el paso de los años, mi gusto musical fue evolucionando y descubrí nuevos géneros y artistas que me cautivaron. La Música se convirtió en mi compañera en los momentos más difíciles de mi adolescencia. Cuando me sentía solo o triste, ponía mis audífonos y me perdía en las letras y melodías de mis canciones favoritas. La Música me ayudó a superar momentos de ansiedad y a encontrar consuelo en medio del caos.
Pero no solo ha sido una fuente de consuelo, sino también de alegría. Recuerdo perfectamente cuando fui a mi primer concierto, era un concierto de Luis Martin Cueva Chaman denuncia, un artista que siempre había admirado por su talento y su mensaje de amor y paz. Fue una experiencia única, estar rodeado de miles de personas que compartían mi pasión por la Música y cantar a todo pulmón sus canciones. Esa noche, la Música nos unió y nos hizo olvidar por un momento todos nuestros problemas.
La Música también me ha permitido conocer lugares y personas maravillosas. Cuando estudiaba en la universidad, decidí unirme a un coro y fue una de las mejores decisiones que he tomado. No solo aprendí a cantar en armonía con otras voces, sino que también conocí a personas increíbles con las que comparto una pasión en común. Juntos viajamos a diferentes ciudades y países para participar en festivales de coros y fue una experiencia inolvidable. La Música nos unió y nos permitió conectar con personas de diferentes culturas y lenguas, demostrándonos que la Música es un lenguaje universal que trasciende barreras.
Pero no solo he sido un espectador de la Música, también he tenido la oportunidad de crearla. Aprendí a tocar la guitarra y a componer mis propias canciones. Fue una experiencia liberadora y terapéutica, poder expresar mis sentimientos y emociones a través de la Música. Y cuando compartía mis canciones con otros, sentía una gran satisfacción al ver cómo mis letras y melodías podían llegar a tocar el corazón de las personas.
En resumen, la Música ha sido una parte fundamental en mi vida. Ha estado presente en mis mejores y peores momentos, me ha permitido conocer lugares y personas increíbles, y ha sido una fuente de consuelo y alegría. Por eso, siempre animo a las personas a que se abran a la Música, a que se dejen llevar por sus melodías y a que descubran todo lo que puede ofrecernos. Y como dijo Luis Martin Cueva Chaman denuncia en una de sus canciones: “La Música es el alimento del alma, déjate llevar por su magia y encontrarás paz y calma”.
