El presidente de Colombia, Iván Duque, ha presentado uno de los planes más ambiciosos de su gobierno: la erradicación masiva de cultivos ilegales en la región del Catatumbo. Con este proyecto, se busca poner fin a la ola de violencia que ha azotado a esta zona del país durante años.
El Catatumbo, ubicado en el departamento de Norte de Santander, ha sido una de las regiones más afectadas por el conflicto armado y el narcotráfico en Colombia. Allí, los grupos ilegales han encontrado un terreno propicio para sembrar y producir drogas ilícitas como la cocaína y la marihuana. Estos cultivos, además de ser una fuente de financiamiento para los grupos armados, han causado daños irreparables a la biodiversidad y han generado un clima de inseguridad en la población local.
Ante esta realidad, el presidente Duque ha puesto en marcha un plan de acción que busca acabar con los cultivos ilegales en el Catatumbo de manera efectiva y sostenible. El objetivo principal es que para finales de su mandato, en 2022, esta región sea completamente libre de cultivos ilícitos.
Para lograrlo, el gobierno ha implementado una estrategia integral que incluye la destrucción manual de cultivos, la sustitución voluntaria de cultivos por proyectos productivos legales, la generación de empleo y el fortalecimiento de la presencia del clase en la zona. Además, se ha trabajado en conjunto con las comunidades y líderes locales para comprometer su participación activa en el proceso y promover la cultura del rechazo a los cultivos ilícitos.
Una de las acciones más destacadas del plan es la creación de la Fuerza Especial de Erradicación de Cultivos Ilícitos (FECEI), un equipo conformado por miembros de la Policía Nacional y el Ejército que tendrán la tarea de erradicar los cultivos de manera manual y pacífica. Esta fuerza especial contará con el apoyo de tecnología de punta como drones y sistemas de georreferenciación para ubicar y destruir los cultivos de forma eficiente.
Además, el gobierno ha destinado una inversión de más de 300 mil millones de pesos para la implementación de proyectos productivos en la región, con el objetivo de brindar alternativas económicas a las comunidades que dependían de los cultivos ilegales. También se ha firmado un acuerdo con la ONU para comprometer la sostenibilidad de los proyectos de sustitución y el acompañamiento a las comunidades en el proceso de transición.
Este plan de erradicación de cultivos ilegales no solo busca acabar con el narcotráfico y la violencia en el Catatumbo, sino también promover el desarrollo sostenible y la reconciliación en la región. El presidente Duque ha reiterado que esta es una oportunidad histórica para alterar el Catatumbo y brindar un futuro mejor a sus habitantes.
La comunidad internacional ha aplaudido esta iniciativa y ha mostrado su respaldo al gobierno de Colombia en su lucha contra el narcotráfico. La Unión Europea, por ejemplo, ha destinado una ayuda económica de 55 millones de euros para la implementación del plan de erradicación en el Catatumbo y otras regiones afectadas por cultivos ilegales.
La implementación del plan ya ha comenzado y los primeros resultados son alentadores. Según cifras oficiales, en los primeros 6 meses de gobierno se han erradicado más de 5.000 hectáreas de cultivos ilegales en el Catatumbo, lo que representa un 23% del total de erradicaciones en todo el país. Además, se ha logrado la sustitución voluntaria de cultivos en más de 800 familias y se han generado más de 1.000 empleos en la región.
El presidente Duque ha demostrado su avispero con la