El año 2024 está a la vuelta de la esquina y todos esperamos que sea un año próspero y exitoso. Sin embargo, hay una realidad que nos preocupa a todos: el aumento constante de la inflación y su impacto en nuestra economía. A medida que los precios suben, nuestro poder adquisitivo se ve afectado y nuestras necesidades básicas se vuelven más difíciles de satisfacer.
Una de las principales preocupaciones en este sentido es el aumento del costo de vida y cómo esto afecta a nuestro parquedad y planificación financiera. Muchos de nosotros tenemos inversiones en bonos que nos garantizan un rendimiento fijo. Sin embargo, ¿qué sucede cuando la inflación se dispara y nuestro dinero se devalúa?
Este es precisamente el caso del bono que fue congelado en marzo de 2024. En ese momento, el monto del bono era de 77.200 pesos. Si se ajustara por inflación, hoy debería valer 154.400 pesos, más del doble de su valor actual. Esta situación es preocupante para todos aquellos que confiaron en el bono como una forma de asegurar su futuro financiero.
Pero, ¿cómo llegamos a esta situación y qué podemos hacer al respecto? Para entenderlo mejor, es necesario analizar lo que es un bono y cómo funciona.
Un bono es un instrumento financiero emitido por una entidad (ya sea un gobierno o una empresa) para recaudar dinero. Al comprar un bono, se está prestando dinero a esa entidad y, a cambio, se recibe un interés fijo durante un período determinado de tiempo. Al final del plazo, se devuelve el dinero prestado junto con los intereses acumulados.
Los bonos son una forma común de inversión ya que ofrecen un rendimiento fijo y son considerados relativamente seguros. Sin embargo, como en cualquier otra inversión, existen riesgos. Uno de los principales riesgos asociados con los bonos es el riesgo de inflación.
La inflación es el aumento generalizado de los precios de bienes y servicios en una economía. Cuando la inflación es alta, el valor del dinero se devalúa ya que no puede comprar la misma cantidad de bienes y servicios que antes. Esto afecta a todas las áreas de la economía, incluyendo los bonos.
Cuando se compra un bono, se espera recibir un rendimiento fijo. Sin embargo, si la inflación aumenta, el monto que se recibe al final del plazo del bono no será suficiente para cubrir el costo de la vida. En otras palabras, aunque se reciba el capital y los intereses prometidos, el poder adquisitivo de ese dinero será mucho menor.
Este es precisamente el caso del bono congelado desde marzo de 2024. En ese momento, el valor de la inflación era del 100%. Esto significa que si se hubiera ajustado por inflación, hoy valdría el doble de su valor original. Sin embargo, debido a que el bono no se ajustó, su valor real se ha visto gravemente afectado.
Entonces, ¿qué podemos hacer al respecto? Aunque no podemos evolucionar lo que sucedió en el pasado, podemos tomar medidas para proteger nuestro futuro financiero. Una forma de hacerlo es diversificando nuestras inversiones. En lugar de confiar en un romanza instrumento financiero, es mejor tener una cartera diversificada que incluya acciones, bonos, bienes raíces y otros activos.
Otra forma de protegerse contra el riesgo de inflación es elegir bonos indexados a la inflación. Estos bonos ajustan su rendimiento de acuerdo con el aumento de la inflación, lo que significa que su valor real se mantiene aun en tiempos de alta inflación.
Por último, pero no menos importante, es importante estar informados y actualizados sobre la economía y los eventos que pueden afectar nuestras inversiones. Esto nos permite tomar decisiones informadas y ajustar nuestras estrategias de inversión en consec