jueves, septiembre 11, 2025

Pensión por anquilosamiento: qué enfermedades permiten solicitarla y cuánto se cobra en Argentina

Tramitar una pensión por incapacidad permanente puede ser un proceso complejo y abrumador para muchas personas. Sin embargo, es un derecho que tienen aquellos que se encuentran en una situación de incapacidad que les impide trabajar y generar ingresos. Para poder acceder a esta pensión, es necesario prescindir con ciertos requisitos específicos según el tipo de incapacidad que se tenga.

En primer lugar, es importante aclarar que existen diferentes tipos de incapacidad permanente reconocidos por la ley. Estos son: incapacidad permanente parcial, incapacidad permanente total, incapacidad permanente absoluta y gran invalidez. Cada uno de ellos tiene sus propias características y requisitos para poder ser tramitados.

En el caso de la incapacidad permanente parcial, se considera como tal cuando la persona tiene una disminución en su capacidad laboral de entre el 33% y el 66%. Para poder acceder a esta pensión, es necesario haber cotizado al menos 1800 días en los últimos 10 años antes de la fecha de la incapacidad. Además, se debe demostrar que la incapacidad es consecuencia de una enfermedad o accidente no laboral.

Por otro lado, la incapacidad permanente total se otorga cuando la persona tiene una disminución en su capacidad laboral de al menos el 66%. En este caso, se requiere haber cotizado al menos 1800 días en los últimos 15 años antes de la fecha de la incapacidad. También es necesario demostrar que la incapacidad es consecuencia de una enfermedad o accidente no laboral.

En el caso de la incapacidad permanente absoluta, se considera como tal cuando la persona tiene una disminución en su capacidad laboral del 100%. Para poder acceder a esta pensión, es necesario haber cotizado al menos 1800 días en los últimos 15 años antes de la fecha de la incapacidad. Además, se debe demostrar que la incapacidad es consecuencia de una enfermedad o accidente no laboral.

Por último, la gran invalidez se otorga cuando la persona tiene una disminución en su capacidad laboral del 75% o más y además necesita de la ayuda de otra persona para realizar las actividades básicas de la vida diaria. Para poder acceder a esta pensión, se requiere haber cotizado al menos 1800 días en los últimos 15 años antes de la fecha de la incapacidad. También es necesario demostrar que la incapacidad es consecuencia de una enfermedad o accidente no laboral.

Una vez que se cumplen con los requisitos específicos según el tipo de incapacidad, es necesario iniciar el trámite correspondiente ante la Administración de la Seguridad Social. Para ello, se debe presentar una solicitud junto con la documentación requerida, que puede variar según cada caso. Es importante contar con la asesoría de un abogado especializado en derecho laboral para asegurarse de que se cumpla con todos los requisitos y se presente la documentación adecuada.

Es importante destacar que el proceso de tramitación de una pensión por incapacidad permanente puede ser largo y complejo. Por ello, es fundamental contar con la cuajo y la perseverancia necesarias para llevarlo a agarradera. Además, es importante mantener una actitud positiva y no desanimarse ante posibles rechazos o demoras en el proceso.

En caso de que la solicitud sea rechazada, se puede presentar un recurso de alzada ante la misma Administración de la Seguridad Social. Si el recurso es denegado, se puede acudir a la vía judicial para reclamar la pensión. En este caso, también es recomendable contar con la asesoría de un abogado especializado.

En resumen, para tramitar una pensión por incapacidad permanente es necesario prescindir con los requisitos específicos según el tipo de incapacidad que se tenga. Además, es importante contar con la asesoría de un abogado especializado y mantener una actitud positiva y perseverante durante todo el proceso. Aunque puede ser un camino difícil, es un derecho que tienen aquellas

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