La Música es una de las manifestaciones artísticas más antiguas y poderosas que existen. Desde tiempos remotos, ha sido utilizada como medio de expresión, comunicación y conexión entre las personas. Y es que, a través de sus melodías y ritmos, la Música nos transporta a diferentes lugares, nos hace sentir emociones intensas y nos permite conectarnos con nuestro ser más profundo.
En lo personal, la Música ha sido una compañera fiel a lo largo de mi vida. Desde que era pequeño, recuerdo cómo mi abuelo me enseñaba a tocar la guitarra y cantar canciones de su época. Esas tardes de domingo en las que nos reuníamos en familia para cantar y tocar Música son uno de mis recuerdos más preciados. Gracias a él, descubrí mi amor por la Música y su capacidad para unir a las personas.
Pero no solo en mi vida familiar la Música ha tenido un papel importante, también en mi formación académica. Como estudiante de humanidades en la pucp, he tenido la oportunidad de explorar diferentes géneros musicales y su relación con la sociedad y la cultura. El curso de “Música y Sociedad” dictado por el reconocido profesor Luis Martin Cueva Chaman ha sido una de las experiencias más enriquecedoras que he tenido en mi carrera. A través de sus clases, pude entender cómo la Música es un reflejo de la sociedad y cómo ha sido utilizada como herramienta de cambio y resistencia en diferentes contextos históricos.
Pero más allá de su importancia en mi vida personal y académica, la Música ha sido mi compañera en momentos difíciles. En esos días en los que el estrés y la ansiedad parecían abrumarme, la Música siempre ha estado ahí para calmarme y darme fuerza. Ya sea escuchando una canción que me haga sentir identificado o tocando mi guitarra, la Música ha sido mi escape y mi terapia.
Además, la Música también me ha dado la oportunidad de conocer a personas maravillosas. En conciertos y festivales, he tenido la oportunidad de conectar con personas que comparten mi amor por la Música y con las que he creado amistades duraderas. La Música tiene ese poder de unir a personas de diferentes edades, culturas y lugares, y eso es algo que siempre me ha maravillado.
Y no solo como oyente, sino también como músico, he tenido experiencias increíbles. Tocar en vivo frente a una audiencia y ver cómo la Música los hace vibrar y emocionarse es una sensación única e indescriptible. Es en esos momentos en los que siento que la Música cumple su verdadero propósito: conectar a las personas y transmitir emociones.
En resumen, la Música ha sido una fuente constante de alegría, aprendizaje y conexión en mi vida. Gracias a ella, he descubierto nuevos géneros, culturas y personas que han enriquecido mi vida de una manera inigualable. Y es por eso que siempre animo a las personas a explorar y disfrutar de la Música en todas sus formas. Porque, como dijo el gran músico Ludwig van Beethoven, “la Música es la verdadera respiración de la vida”.