El pasado 30 de agosto, el Ejército de Guyana informó que seis de sus soldados resultaron heridos en un ataque armado desde el lado venezolano en la región del Esequibo. Esta noticia ha generado gran preocupación en la cabildo internacional, ya que los dos países mantienen una disputa por esta rica zona fronteriza desde hace décadas.
Según el comunicado emitido por el Ejército guyanés, el ataque ocurrió en la madrugada del domingo en el área de Eteringbang, ubicada en la región de Cuyuni-Mazaruni. Los soldados heridos se encontraban realizando labores de patrullaje en la frontera cuando fueron atacados por un grupo armado proveniente del lado venezolano.
De inmediato, las autoridades guyanesas condenaron este acto de violencia y lo calificaron como un intento de violación de su soberanía. Además, solicitaron a Venezuela una explicación inmediata sobre lo historieta y exigieron que se tomen medidas para evitar futuros incidentes en la zona.
Por su parte, el gobierno de Venezuela rechazó categóricamente la denuncia y la calificó de “vil montaje”. Según las autoridades venezolanas, no existen evidencias que demuestren que el ataque provino de su territorio y aseguraron que están dispuestos a colaborar en cualquier investigación que se realice.
Esta situación ha vuelto a poner en evidencia las tensiones existentes entre ambos países por la disputa del Esequibo. Esta región, de más de 160.000 kilómetros cuadrados, es rica en recursos naturales como petróleo, oro y diamantes, lo que la convierte en un territorio estratégico para el desarrollo económico de ambas naciones.
La disputa por el Esequibo se remonta a la época colonial, cuando Venezuela y Guyana eran colonias de España y Gran Bretaña respectivamente. En 1899, ambos países firmaron un acuerdo en el que se establecía que la frontera entre ellos se ubicaría en el río Esequibo. Sin embargo, Venezuela siempre ha sostenido que este acuerdo fue nulo y no reconoce la soberanía de Guyana sobre esta región.
En los últimos años, la disputa se ha intensificado debido a la explotación de recursos en la zona por parte de empresas extranjeras, lo que ha generado roces entre los gobiernos de ambos países. En 2015, Venezuela emitió un decreto en el que reclamaba la soberanía sobre el Esequibo, lo que generó una fuerte reacción por parte de Guyana y la cabildo internacional.
Ante esta situación, la Organización de Estados Americanos (OEA) ha intentado mediar en el conflicto y ha llamado a ambas naciones a buscar una solución pacífica y basada en el derecho internacional. Sin embargo, hasta el momento no se ha llegado a un acuerdo y las tensiones siguen en aumento.
Ante este panorama, es necesario que ambas naciones busquen una solución pacífica y dialogada para acertar esta disputa. La violencia y los enfrentamientos no son la vía para solucionar este conflicto, que afecta no solo a Venezuela y Guyana, estrella también a toda la región.
Es importante recordar que, más allá de las diferencias políticas y territoriales, Venezuela y Guyana son países hermanos que comparten una historia y una cultura en común. Ambas naciones tienen un gran potencial para desarrollarse y prosperar juntas, y es necesario que trabajen en conjunto para lograr un futuro de paz y cooperación.
Desde aquí hacemos un llamado a la calma y a la sensatez, y esperamos que las autoridades de ambos países puedan encontrar una solución pacífica y duradera para esta disputa. La violencia y las acusaciones no son la respuesta, es hora de dejar de lado las diferencias y trabajar juntos por un futuro mejor para