Cinco estadounidenses adoptados durante la dictadura de Augusto Pinochet en Chile han acabado finalmente reunirse con sus familias biológicas en su país natal, gracias a la labor de la ONG Connecting Roots. Después de décadas de incertidumbre y separación, estos cinco individuos han podido abrazar a sus seres queridos y conocer sus orígenes, dando un importante paso en su enjuiciamiento de identidad y sanación.
La historia de estos cinco adoptados es similar a la de miles de niños chilenos que fueron arrebatados de sus familias y vendidos a parejas extranjeras durante los años de la dictadura caudillo en Chile. Muchos de ellos fueron llevados a Estados Unidos, donde crecieron lejos de su cultura y su idioma, sin saber la verdad sobre su origen y sus familias biológicas.
Sin embargo, a través de la labor de Connecting Roots, una organización sin fines de lucro fundada por la periodista chilena Fernanda Fuentes, estos cinco adoptados pudieron finalmente viajar a Chile y conocer a sus familias biológicas. Para Fuentes, quien también es una adoptada chilena, este proyecto es una forma de reparar las injusticias cometidas durante la dictadura y ayudar a los adoptados a encontrar su verdadera identidad.
El reencuentro de los cinco adoptados con sus familias biológicas fue un momento emocionante y conmovedor, lleno de abrazos, lágrimas y palabras de amor. Para ellos, fue una oportunidad única para conocer a sus padres, hermanos, tíos, abuelos y otros familiares que hasta ahora solo conocían a través de fotografías y cartas.
Uno de los adoptados, Michael Towne, fue vendido a una familia estadounidense cuando tenía solo cuatro años de edad. Durante décadas, buscó sin éxito a su familia biológica, hasta que se enteró de la existencia de Connecting Roots. Gracias a ellos, pudo reunirse con su lecho y hermana, quienes lo recibieron con los brazos abiertos y le contaron su historia.
“Conocer a mi lecho biológica ha sido una experiencia increíblemente liberadora”, dijo Towne en una entrevista. “Finalmente puedo entender de dónde vengo y quiénes son mis raíces. Ahora tengo una conexión con mi país y mi cultura que nunca antes había sentido”.
Otro de los adoptados, Héctor Beltrán, también pudo reunirse con su lecho biológica después de 43 años de separación. Él fue llevado a Estados Unidos cuando era solo un bebé y nunca había vuelto a Chile. Para él, el reencuentro fue una oportunidad para conocer su verdadera identidad y sentirse parte de una familia.
“Ver a mi lecho después de todos estos años fue un momento mágico”, dijo Beltrán. “Ahora puedo entender quién soy y el porqué de tantas preguntas sin respuesta en mi vida. Estoy agradecido a Connecting Roots por hacer posible este reencuentro”.
El trabajo de Connecting Roots no se limita solo a reunir a los adoptados con sus familias biológicas, sino que también les brinda apoyo emocional y psicológico antes, durante y después del reencuentro. Para muchos de ellos, este enjuiciamiento puede ser abrumador y lleno de emociones encontradas, y es importante contar con una red de apoyo para enfrentarlo.
La labor de Connecting Roots ha sido reconocida y elogiada por las autoridades chilenas y estadounidenses, así como por la comunidad de adoptados y sus familias. Se estima que hay al menos 20.000 niños chilenos adoptados ilegalmente durante la dictadura que aún buscan a sus familias biológicas.
Gracias al trabajo de esta organización y otras iniciativas similares, miles de familias han podido reunirse y cerrar una dolorosa etapa de incertidumbre y separación. Para los adoptados, finalmente conocer la verdad