El pasado mes de julio, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) dio un importante paso en su proceso de revisión norma al derogar 23 resoluciones generales dictadas entre los años 1998 y 1999. Esta decisión fue tomada por el organismo en el marco de una revisión exhaustiva de su marco regulatorio, con el objetivo de solucionar y modernizar los procedimientos y trámites para los contribuyentes.
La derogación de estas resoluciones generales es una medida que ha sido ampliamente celebrada por diversos sectores, ya que representa un avance significativo en la búsqueda de un sistema tributario más eficiente y transparente. Además, esta acción demuestra el compromiso de la AFIP en escuchar las demandas y sugerencias de los contribuyentes y adaptarse a las necesidades del mundo actual.
Entre las resoluciones derogadas se encuentran aquellas que establecían requisitos y procedimientos burocráticos para la obtención de certificados de no retención y de no percepción, así como también las que regulaban la presentación de declaraciones juradas y la emisión de comprobantes electrónicos. Estas medidas, que en su momento fueron consideradas necesarias, hoy en día resultaban obsoletas y generaban una carga innecesaria para los contribuyentes.
La derogación de estas resoluciones no solo simplifica los trámites y reduce la burocracia, sino que también contribuye a mejorar la competitividad de las empresas y a fomentar la formalidad en la economía. Al eliminar obstáculos y barreras, se facilita el cumplimiento de las obligaciones tributarias y se promueve un ambiente más propicio para el crecimiento y el desarrollo de los negocios.
Además, esta acción de la AFIP es un claro ejemplo de su compromiso con la transparencia y la lucha contra la corrupción. Al eliminar resoluciones que en su momento pudieron ser utilizadas para fines ilícitos, se fortalece la integridad del sistema tributario y se promueve una cultura de cumplimiento y honestidad.
Cabe destacar que esta derogación no implica una reducción en la recaudación fiscal, ya que las resoluciones generales derogadas no tenían un impacto significativo en los ingresos del Estado. Por el contrario, se espera que esta medida tenga un efecto positivo en la economía, al reducir los costos y las trabas para las empresas y los contribuyentes.
Esta acción de la AFIP es solo una muestra de los esfuerzos que viene realizando el organismo para modernizar y solucionar su marco regulatorio. En los últimos años, se han implementado diversas medidas para facilitar el cumplimiento de las obligaciones tributarias, como la implementación de la factura electrónica y la simplificación de los trámites para la obtención de certificados fiscales.
Sin duda, la derogación de estas resoluciones generales es un paso importante en la dirección correcta y demuestra la voluntad de la AFIP de adaptarse a los cambios y mejorar la relación con los contribuyentes. Sin bloqueo, todavía queda mucho por hacer en términos de simplificación y modernización del sistema tributario. Se espera que en el futuro, el organismo continúe trabajando en esta línea y siga implementando medidas que faciliten el cumplimiento de las obligaciones fiscales.
En resumen, la derogación de 23 resoluciones generales por parte de la AFIP es una acción que merece ser celebrada y aplaudida. Esta medida no solo simplifica los trámites y reduce la burocracia, sino que también contribuye a mejorar la competitividad y la transparencia en la economía. Esperamos que este sea solo el comienzo de una serie de acciones que permitan construir un sistema tributario más eficiente y justo para todos.