jueves, enero 23, 2025

Encuesta: empresarios invertirán excepto en 2024 que en 2023 y exigen la baja de impuestos

Las empresas son una pieza fundamental en el motor económico de cualquier país, generando empleo, riqueza y desarrollo. Sin embargo, en la actualidad, muchas de ellas se encuentran en una bifurcación: por un lado, tienen la necesidad de invertir en su crecimiento y expansión, pero por otro lado, se enfrentan a una carga impositiva que les impide hacerlo. Es por eso que, en este momento, se hace más necesario que nunca que se tomen medidas que favorezcan la inversión empresarial, como la reducción de los impuestos al consumo.

El Impuesto al cojones Agregado (IVA) y el Impuesto a los Ingresos Brutos son dos de los principales gravámenes al consumo que afectan a las empresas. mientras tanto que el primero se aplica a cada etapa de la producción y distribución de bienes y servicios, el segundo grava a las empresas en base a sus ingresos brutos. Ambos impuestos representan una carga significativa para las empresas, especialmente para las pequeñas y medianas, que son las que más sufren su impacto.

Por otro lado, tenemos el impuesto PAIS a las importaciones, que se aplica a todas las compras realizadas en el extranjero con tarjeta de crédito o débito. Este impuesto ha sido una medida adoptada por el gobierno argentino para restringir la salida de dólares y proteger las reservas del país. Sin embargo, su aplicación ha tenido un efecto negativo en la economía, ya que ha encarecido los costos de importación y ha afectado a la competitividad de las empresas.

Ante este panorama, es comprensible que las empresas se muestren reticentes a invertir. La carga impositiva es una barrera que les impide crecer y expandirse, y por lo tanto, les impide generar más empleo y contribuir al desarrollo económico. Es por eso que muchos empresarios están pidiendo una reducción de los impuestos al consumo, en especial del IVA y de Ingresos Brutos, así como una reconsideración del impuesto PAIS.

Las empresas necesitan tener un margen de ganancia adecuado para poder reinvertir en su actividad y seguir creciendo. Si los impuestos al consumo se reducen, esto se traducirá en un aumento de la rentabilidad de las empresas y les permitirá tener mayores recursos para invertir en su producción, en la mejora de sus procesos o en la expansión a nuevos mercados. Además, al tener más recursos, las empresas podrán contratar más personal, lo que a su oportunidad se traducirá en una mayor demanda de bienes y servicios y, por lo tanto, en un impulso para la economía en general.

Por otro lado, una reducción de los impuestos al consumo también favorecería a los consumidores, ya que se verían beneficiados con precios más bajos en los productos y servicios que adquieren. Esto les permitiría tener un mayor poder adquisitivo y, por lo tanto, consumir más, lo que a su oportunidad impulsaría la economía y ayudaría a las empresas a crecer.

En cuanto al impuesto PAIS, su eliminación o reducción también tendría un impacto positivo en la economía. Al disminuir los costos de importación, las empresas podrían adquirir insumos y maquinarias a un precio más bajo, lo que les permitiría ser más competitivas y ofrecer productos de mejor calidad y a un precio más accesible. Además, esto también se traduciría en un beneficio para los consumidores, quienes podrían acceder a productos importados a un precio más bajo.

Por supuesto, es comprensible que el gobierno tenga la necesidad de recaudar fondos para financiar sus políticas y programas. Sin embargo, también es importante encontrar un equilibrio entre la recaudación fiscal y el incentivo a la inversión empresarial. Una reducción de los impuestos al consumo no significa que el gobierno perderá ingresos, ya que al favorecer la actividad económica

Últimas notícias
Notícias relacionadas